jueves, 21 de enero de 2016

Carta abierta... contra el acoso escolar

cartaEn estos últimos días se está hablando, y mucho, del acoso escolar. Ayer publicaba el periódico El Mundo la carta de Diego, un niño de 11 años, que se suicidó el pasado 14 de octubre y el tema parece que ha vuelto a ponerse de actualidad (no voy a entrar en el detalle de si este es, o no, un caso de acoso escolar, yo creo que de la carta se pueden sacar distintas opiniones y lo mejor será dejar trabajar a la justicia y la inspección educativa). No es el primer caso, y lamentablemente no será el último. Muchas veces parece que si no sale en las noticias no hay noticia, estamos muy acostumbrados a ello pero me temo que este año puede convertirse en tema estrella. Tiene su morbo, los protagonistas son menores y a los medios de comunicación les da mucho juego...


Preguntando a chavales por el acoso escolar uno escucha de todo, desde aquellos que no saben siquiera de que se trata hasta que alguien pronuncia la palabra bullying, a los que recuerdan que sí, que en clase les pusieron una peli que se titulaba "Cobardes". Resulta curioso que cuando alguno va a contar algo enseguida le recomiendan que mejor se calle, como si fuera un tema que resulta un tanto tabú, si no se habla de ello, casi mejor. También los hay que cuentan algún caso relativamente cercano, algo que sucedió en su colegio, como esa chica o ese chico con el que nunca llegaron a hablar y que se marchó a otro colegio pero sin tener demasiado claro si fue debido al acoso que sufría o era otro el motivo. Pero a mí personalmente hay dos aspectos que me llaman poderosamente la atención, uno es que los chavales dicen no detectar esos casos a su alrededor y aunque no deja de ser una suposición creo que no es porque no exista, sino porque no lo dan importancia. El otro aspecto es que suelen reconocer abiertamente que tampoco se preocupan lo más mínimo por ese compañero que no se relaciona con los demás, será porque es raro, dicen aún siendo conscientes de que le están haciendo el vacío.


El editorial de El Mundo de hoy titula que los colegios son la clave para detener el acoso escolar. Sí, y no.


Sí, porque deben cambiar su forma de actuar, no sirve el negarlo todo, el decir aquí no pasa eso, en este colegio no hay casos de acoso. Los colegios son fiel reflejo de la sociedad y esos casos existen casi me atrevería a decir que en todos los centros escolares. Hay que formar a los profesores para que sean capaces de detectar y de cortar los casos de raíz, hay que informar muy claramente a las familias implicadas, a las del acosado y a las de los acosadores, hay que ponerse del lado del chaval que sufre acoso, ofrecerle todo el apoyo, y hay que poner los medios necesarios para visualizar el problema, para ser los primeros en denunciar los hechos.


Y no. No, porque la prevención de estos hechos también tiene que venir desde casa, desde la familia y es que estamos escuchando y leyendo muchos consejos sobre cómo detectar si un niño está sufriendo acoso. Me valen, pero yo sinceramente pondría el foco en otro tipo de consejos, unos consejos que me parecen mucho más importantes y fundamentales, cómo educar a nuestros hijos para que nunca, jamás, se burlen de otros. El problema siempre parece que está fuera, nunca en casa. ¡Cuidado con eso!


Hace un par de días leía en el blog de Antonio Esquivias un artículo de Verónica Prieto titulado Acoso escolar: la punta de un iceberg sumamente interesante y esclarecedor sobre este tema. Recomiendo su lectura completa y entresaco un párrafo:




En AMACAE me cuentan la variedad de casos de bullying que llegan a sus manos, por lo general encuentran que las víctimas y sus familias no saben cómo actuar dentro de una sociedad que parece blindada contra este tipo de violencia escolar. Ellas explican qué y cómo deben hacer las familias ante tanta burocracia, procesos interminables y puertas cerradas (acosadores menores de 14 años, centros que no admiten tener situaciones de acoso escolar, casos cerrados por falta de pruebas, etc). Comentan, que parece haber más protección hacia los acosadores que hacia las propias víctimas y que al final las familias de estas últimas son tratadas como problemáticas porque denuncian la situación, no ayudando nada a la carga emocional y psicológica que de por sí lleva el niño/a agredido/a. Según AMACAE con respecto a los casos que les han llegado, en la Comunidad de Madrid 27 niños han tenido que cambiar de centro escolar este curso académico por motivos de salud y por su seguridad. Incluso el número de niños que están recibiendo atención psicológica es mayor. Esta situación es tremendamente injusta para la víctima, que se va con la percepción de que nadie ha podido hacer nada y una sensación de culpabilidad en sus espaldas. Además, no por cambiar de centro escolar, el acoso acaba. Al final la percepción de “vencedor” es para el acosador que sale apenas impune de esta situación de cara al resto de alumnos, con lo que seguimos propiciando este tipo de conductas. ¿Cómo puede ser que en algunos de estos casos, haya familias que son perseguidas por las familias de los alumnos acosadores? ¿Hasta donde estamos llegando? En algunos casos, han tenido que cambiar de residencia e incluso de provincia por estos motivos, huir como si fueran los culpables de una situación que no buscaban. Sin duda, esto no nos puede dejar impasibles… simplemente, NO SE DEBE PERMITIR.



¿... parece haber más protección hacia los acosadores que hacia las propias víctimas y que al final las familias de estas últimas son tratadas como problemáticas porque denuncian la situación, no ayudando nada a la carga emocional y psicológica que de por sí lleva el niño/a agredido/a?


¿Cómo puede ser esto posible? No, no se puede ni se debe permitir.


JL

4 comentarios:

Roser dijo...

El año pasado me enteré de un caso en mi centro y lo puse en manos de la tutora y de jefatura de estudios. Sé que se habló con los promotores pero no se tomaron otras medidas. No sé cómo acabó (estaba embarazada y llevo casi todo el curso de baja).
Lo que más me chocó fue que los alumnos (concretamente una alumna) lo denunciara ante mí. No era profesora suya (estaba haciendo una especie de guardia-taller) y no lo había sido nunca, me conocen de saludarme en el patio! Los acosadores tuvieron un mal comportamiento y les castigué, y ellos señalaron que también era culpa del chico al que resultó que estaban acosando, de modo que los expulsé a todos con el encargo de que el profesor de guardia en la sala de profesores tratara de esclarecer los hechos. Yo traté de hacer lo mismo en el aula con los alumnos "inocentes" e inmediatamente salió eso.
Les pregunté por qué no lo habían denunciado a otros profesores y me dijeron que no les dejaban hablar libremente, que no había confianza. ¿Cómo puedes tener más confianza en un profe saludado que en cualquiera de los profes con quienes trabajas a diario?

José Luis dijo...

De lo que no se habla, no existe. Sucede con otros muchos temas que nos rodean, pero creo que es importante . Los profesores tenéis un papel importante, estáis cerca de los chavales, pero fíjate que de lo que cuentas se desprende que además de estar cerca hay que generar y crear una confianza. En cualquier caso sigo pensando que hay que llevar hechos los deberes desde casa, y las familias tenemos que concienciar de que no se puede tratar a otros como no nos gustaría que nos trataran a nosotros, y además hay que animar a que cuando vean casos como estos tomen partido por el débil, por el acosado, y al final el vacío se le termine haciendo al acosador y no al contrario.

"Ocupada" creando cambio social dijo...

Para mi el problema de raiz es la sociedad en la que vivimos en la que prima la individualidad y la competición por encima de la particiàción y la colectividad. Muchas veces todo vale para demostrar que eres el mejor en algo (para ganar un partido, para conseguir un trabajo, para haber hecho la comida más rica, para ser el que más consigue o en menos tiempo....) y muchas veces todo vale (y si tienes que pisar, lo haces). así es en nuestro mundo y así lo ven los niños en el mundo de los adultos. Ellos no aprenden de lo que se les dice sino de lo que ven (también en los medios de comunicación) y luego nos escandalizamos por las actuaciones del niño...... Problema social del que debemos responsabilizarnos a nivel individual analizando que valores priman y cual es nuestra actitud.
Por cierto, hace un mes otro niño se suicidó también por sufrir acoso. Supongo que os acordareis de Alan. De ese tema apenas se ha hablado, porque hay veces que es mejor cerrar los ojos ante el problema para que no exista y en ese caso doblemente porque se trataba de un niño TRANS* y eso nos queda aún más lejos en nuestra mente.
Sincera y apenadamente, creo que estamos sin civilizar....... :(

Acoso escolar: ¿Por qué? – 30 de diferencia dijo...

[…] Desde la tribuna de su edición de esta semana y aunque hace sólo unos días publicaba una carta abierta en el blog contra el acoso escolar creo que es un tema que no podemos dejar que caiga en el olvido y además no sirve que nos […]

 
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