martes, 27 de enero de 2015

Esas jóvenes hijas de puta

Podía haber dejado el artículo que ha publicado esta semana Arturo Pérez Reverte para la sección de Mis enlaces semanales, pero he preferido no dejarlo pasar y traerlo al blog de una manera más amplia.

Pérez Reverte escribe en XL Semanal una columna titulada Patente de Corso. La patente de corso (Wikipedia) era un documento entregado por los monarcas de las naciones o los alcaldes de las ciudades (en su caso las corporaciones municipales) por el cual el propietario de un navío tenía permiso de la autoridad para atacar barcos y poblaciones de naciones enemigas. De esta forma el propietario se convertía en parte de la marina del país o la ciudad expendedora.

Pérez Reverte es un tipo que no suele dejar indiferente, habla alto y claro, y al que no le guste que se aguante. Crítico con unos y otros, incómodo para la mayoría. Esta semana ha utilizado esa patente de corso que le ofrece su columna para, con un lenguaje áspero, desagradable incluso, pero atinado para mi gusto, publicar un artículo que creo que no debemos dejar de leer, puede gustar más o menos, pero me parece muy cargado de razón.

Aunque el lenguaje sea fuerte creo que es un buen artículo para leer en las clases de ESO y Bachillerato.

Supongo que a muchos se les habrá olvidado ya, si es que se enteraron. Por eso voy a hacer de aguafiestas, y recordarlo. Entre otras cosas, y más a menudo que muchas, el ser humano es cruel y es cobarde. Pero, por razones de conveniencia, tiene memoria flaca y sólo se acuerda de su propia crueldad y su cobardía cuando le interesa. Quizá debido a eso, la palabra remordimiento es de las menos complacientes que el hombre conoce, cuando la conoce. De las menos compatibles con su egoísmo y su bajeza moral. Por eso es la que menos consulta en el diccionario. La que menos utiliza. La que menos pronuncia.

Leer el artículo completo en su página personal.

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