lunes, 4 de febrero de 2008

Resolviendo el puzzle del mundo

Cuenta la historia que hace tiempo un hombre que vivía preocupado por los problemas del mundo, quizás fuera un científico, quizás un médico, quizás un político, da lo mismo, estaba trabajando en su despacho intentando buscar las respuestas y soluciones que podrían hacer el mundo un poco mejor. Pasaba horas y horas trabajando, estudiando, pensando...

Un día su hija de cuatro años se acercó para ver qué hacía su padre y ayudarle en su trabajo. El hombre, algo molesto porque le habían interrumpido, pidió a su hija que le dejara trabajar. Los niños son como son, y una y otra vez volvía a "molestar" a su padre. El hombre, ya algo desesperado, buscó algún entretenimiento para su hija. Mirando entre sus cosas encontró una revista en la que aparecía un mapa del mundo. Cortó la hoja y con unas tijeras recortó el mapa en casi cincuenta trocitos pequeños. Dio una barra de pegamento a su hija y le dijo: "Yo sé que te gusta mucho hacer puzzles, así que aquí tienes el mundo en trocitos pequeños, a ver si eres capaz de unirlo sin ayuda de nadie."

El padre se quedó satisfecho puesto que ahora podría trabajar con tranquilidad. Su pequeña también estaba contenta pues pensaba que estaba ayudando a su padre en una tarea difícil. A los cinco minutos la niña dio un grito y dijo. "¡¡Ya papá!!, lo he conseguido.".

El padre en un primer momento se mostró disgustado porque le interrumpieran tan pronto, era imposible que en sólo cinco minutos su pequeña hubiera podido reconstruir un mapa que nunca había visto antes. Impaciente por volver a sus asuntos dejó el libro que tenía entre manos, se acercó a la mesa en la que estaba su hija y para su sorpresa comprobó, con una mezcla de incredulidad y estupefacción, que efectivamente el puzzle estaba perfectamente hecho. Cada país estaba en su sitio, perfectamente colocado.

Apenas le salían las palabras, mirando alternativamente al mapa y a su hija dijo: "Pero si tú no sabías cómo era el mundo, ¿quién te ha enseñado a hacerlo?" "Fue muy fácil, papá" -contestó la niña-, "cuando tú arrancaste la hoja de la revista me fijé que por la parte de atrás había una fotografía de un niño, así que dí la vuelta a cada trocito y me puse a hacer el puzzle del niño, que ese sí sabía cómo era. Cuando había hecho al niño volví a dar la vuelta a la hoja y el mundo se había arreglado solo..."

Este cuento ha aparecido entre unos papeles que tenía por casa, me lo tuvieron que dar hará unos quince años en las reuniones de grupos de confirmación o quizás era material que usamos para preparar algún campamento. Debe haber como unos treinta o cuarenta historias más y supongo que poco las iré compartiendo con vosotros. El cuento le he retocado algo, desconozco su autor, si alguien lo conoce que me lo diga y así lo reseñaré.

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