Hoy 25 de noviembre Cáritas ha celebrado el día de los "Sin Techo".
El lema de este año quiere denunciar las barreras que sufren las personas “sin hogar” (PSH) en el acceso normalizado a la salud. La Campaña plantea como en ocasiones los problemas de salud son “causa” y en otras “consecuencia” del sinhogarismo. No obstante, en ambos casos, las personas ven reducida su esperanza media de vida en 20 años, y sufren hasta 50 veces más problemas de salud físicos que el resto de la población. Tiene especial relevancia para el colectivo la incidencia de las enfermedades mentales (30%). La Campaña Sin Techo 2007 quiere avanzar en un sistema de salud equitativo (universal, gratuito y accesible), con extensión y calidad para todos los ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho que se encuentran en situación de vulnerabilidad y exclusión social.
Hace casi diez años estuve "trabajando" como voluntario en un Albergue de Transeúntes mientras realizaba la Prestación Social Sustitutoria (PSS) y lo cierto es que cuando estás allí te cambian totalmente los esquemas, ves la realidad desde otro punto de vista que ni siquiera te puedes llegar a imaginar. Ves gente que a echado por la borda toda una vida, una familia, unos hijos, una carrera..., y es que entre los "sin hogar", aunque pueda sorprender, hay de todo. Recuerdo especialmente un buen hombre, Ramón, ingeniero de profesión que había perdido todo -cuando digo todo no me refiero al dinero, sino a las cosas verdaderamente importantes- por culpa del juego, aquello le condujo a la bebida, su mujer le abandonó y el se fue a la calle. Me reconocía que todo había ido al traste pero tampoco estaba dispuesto a volver a intentarlo, eso sin duda era lo que más duro se me hacía. Ese año se trabajó mucho con Ramón, no llevaba demasiado tiempo en la calle, un par de años nada más creo recordar, y la asistente social que estaba allí estaba convencida de que era un hombre totalmente recuperable para la sociedad.
Son muchos los recuerdos que me quedan de aquel año en el Albergue, de vez en cuando sigo viendo por la calle a Juan, el pintor, que siempre saluda con el "¿qué tal chaval?", perdí hace poco la pista de Vicente, sordo como una tapia, y siempre intentando engañarnos con los brick de vino, hace no mucho moría el otro Juan, el jardinero. Pero había más, muchos más, algunos ni siquiera tenían y tienen cerca un albergue.
Por cierto Ramón se "rehabilitó", volvió a la vida, y hoy trabaja en una empresa como administrativo. Sólo por eso, el trabajo de Cáritas merece la pena.
También ha escrito sobre este tema Vicent Vercher Garrigós
No hay comentarios:
Publicar un comentario