La actualidad del fin de semana ha venido acaparada por Guillermo Zapata y sus desafortunados tuits de hace ya cuatro años. Las redes sociales se han convertido en un auténtico hervidero en el que se enzarzan los que le critican y los que le defienden. Para unos esto es lo que nos espera durante los próximos cuatro años, en esas manos se han arrojado los socialistas para quitar el poder al PP, para otros no es más que libertad de expresión, algo que se dijo hace ya cuatro años, humor negro... Por eso mi carta de hoy va para usted, quizás a alguno no le guste porque de ella se puede desprender una cierta equidistancia, pero creo que ni tanto ni tan calvo.
Estimado Sr. Zapata:
No tenemos el gusto de conocernos, pero son pocos los que hoy no habrán oído hablar de usted y de sus famosos tuits de hace cuatro años. Las redes sociales andan incendiadas y usted se ha visto obligado a cerrar, al menos de forma temporal su cuenta de Twitter. Me da la sensación de que ha descubierto muy pronto lo complicado que es esto de la política. Incluso es posible que Manuela Carmena, esa con la que dice usted haber aprendido la política de la pausa y la escucha, haya decidido a estas horas que lo mejor que puede hacer usted es dejar el cargo de concejal de cultura y deportes del Ayuntamiento de Madrid. Leo que también usted se lo está planteando, no me extraña.
Yo no soy juez, ni siquiera entiendo de derecho, pero en cualquier caso creo que no se debe condenar a nadie sin haber escuchado antes su versión de los hechos. Unos tardan demasiado tiempo en salir a responder, acuérdese por ejemplo de Monedero y sus temas fiscales, que fueron una de las causas por la que ha pasado a un discreto segundo plano, otros utilizan el plasma para responder, y luego dicen que ahora van a acercarse a los ciudadanos, ¿sabe de quién le hablo, verdad?. Usted no ha tardado tanto y eso le honra. Intenté ver qué justificación daba usted a esos tuits y no me costó mucho encontrarla. Me gusta que se disculpe con aquellos a los que ha podido ofender, y eso está bien. Los tuits famosos los justifica hablando del contexto en el que están publicados... Ciertamente resulta útil para entender lo que dijo, incluso por qué lo dijo. Seguramente no todos los que le han crucificado cambiarían de opinión, ni siquiera una minoría de ellos, pero al menos se arroja algo de luz sobre el tema.
El humor negro es peligroso, a unos les gusta y a otros no. Independientemente de ello, todos, y repito la palabra, todos hemos hecho en alguna ocasión este tipo de chistes o al menos nos hemos reído con ellos. El problema es dónde los hacemos, o con quién los hacemos, o cuándo los hacemos, o quiénes somos cuando los hacemos. No es asunto baladí, y creo que estará usted de acuerdo conmigo, y más aún después de estos días. Con esto no le quiero decir que no podamos decir nada por miedo a ofender al personal, ¿qué sería entonces de mis cartas?, eso sería terrible para alguien que, como yo, quiere vivir en libertad. Pero todos, usted y yo, tenemos que ser conscientes de que nuestra libertad termina donde empieza la de los demás, por eso hubiese sido mucho mejor que esos chistes que usted entrecomillaba en Twitter los hubiera hecho sobre usted mismo, sobre lo feo, lo tonto o lo poco gracioso que es. No habría ofendido a nadie y hoy no estaríamos hablando de estas cosas.
No se trata pues de tener o no tener "sentido del humor negro". Ayer les contaba a mis hijas que hay que tener cuidado con los chistes que se cuentan, una cosa es contarlos en casa donde todos nos conocemos y otra hacerlo con gente a la que no conocemos tanto. Lo hacía al hilo de un par de chistes que contaban, uno de banderas y otro de galletas y nombres árabes. El humor negro lo usamos para reírnos de los demás pero sería preferible hacerlo para reírnos de nosotros mismos. Les decía que hay que ser muy cuidadoso porque cuando algo ofende deja de ser gracioso para convertirse en algo más peligroso. Y en este caso, Sr. Zapata, usted ha ofendido.
A todo esto se le añade el tema Twitter e Internet, hace unos años no habría pasado absolutamente nada. Pero hoy nos encontramos que algo que hace cuatro años pasó de forma totalmente discreta se magnifica hasta el extremo y es una enseñanza que nos debe servir a todos: mucho cuidado con lo que decimos, publicamos y subimos a las redes sociales porque lo que hoy no tiene ninguna importancia puede pesar y mucho dentro de un tiempo, así que jóvenes que estéis pensando en dedicaros a la política en el futuro tened mucho cuidado con el Twitter, el Facebook y el Instagram. El gran hermano os vigila. Mucho me temo que de aquí en adelante nos va a gobernar un monstruo, el de nuestros errores pasados.
Sr. Zapata si usted va a ocupar el cargo de concejal de cultura dentro de un gobierno que busca un talante distinto, un talante integrador, un talante no revanchista que es el que dice defender Manuela Carmena, creo que no tiene el perfil más idóneo. A usted le va a quedar el estigma de haber publicado unos chistes que a mucha gente no le hacen ni puñetera gracia. Somos muy revanchistas, lo habrá comprobado usted, pero parte de los ciudadanos, una buena parte, se siente herida e incluso humillada. No ha empezado con buen pie, y dice el sabio refranero que lo que mal empieza mal acaba.
Me voy despidiendo, Sr. Zapata, solo le puedo decir que no me gustaría hoy estar en su pellejo o menos aún en el de Manuela Carmena, porque se juegan mucho ustedes dependiendo de la decisión que tomen y además hagan lo que hagan no contentarán a todos y les seguirán criticando.
Saludos y mucha suerte,
JL
lunes, 15 de junio de 2015
Carta abierta a... Guillermo Zapata
Publicado por J. Luis en 14:28
Etiquetas: cartas, guillermo zapata, internet, redes sociales, rincón epistolar, twitter
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