martes, 10 de diciembre de 2013

Aprecio mutuo

En muchas ocasiones hay cosas difíciles de explicar pero mediante el humor podemos hacer mucho más cercanas. Aprovecho hoy para compartir esta viñeta de Andrés Faro en la que toca el tema de la educación.




Habitualmente nos complicamos la vida buscando explicaciones y motivos a todo los problemas. No digo que esté mal, ni mucho menos pero a veces la respuesta es tan evidente que justo por eso no la encontramos.


Es posible que ahora que tanto se habla de PISA, de reformas educativas, de distintos tipos de teorías pedagógicas esta viñeta pueda parecer tonta en el sentido de su simpleza pero estoy convencido de que el aprecio mutuo alumno-profesor es fundamental para que el sistema educativo, sea cual sea, funcione. Remarco lo de mutuo, porque debe ir en los dos sentidos.


Se me podrá decir que hay clases en las que eso no es posible por el ambiente enrarecido que puede existir, pero no lo creo. Seguro que hay docentes que son capaces de ganarse a esos alumnos. Y no, no deben ser los alumnos los primeros que muestren ese aprecio por el profesor, es el profesor quién primero debe hacerlo. Si un profesor no muestra ningún tipo de aprecio por sus alumnos difícilmente podrá esperar que los alumnos le vayan a mostrar a él su aprecio, e incluso ni siquiera un mínimo respeto. Y ojo, que profesores de estos, como las meigas, haberlos, haylos.


Hace años, no tantos como puede parecer, existía una gran admiración por los profesores. Seguramente es algo que tiene que venir desde casa, es decir el profesor enseña, pero se educa en casa.


Pensad por un momento en los profesores vuestros o de vuestros hijos que más recordáis o que recordáis con más cariño y seguramente se vendrán a la memoria los de preescolar o infantil, luego los de la básica o primaria y por último los del instituto, secundaria, bachillerato y la universidad. Evidentemente habrá excepciones y también habrá recuerdos muy entrañables de profesores del instituto por ejemplo, pero casi todos recordamos a nuestros primeros profes y los que ya vamos teniendo una edad sentimos además un cariño muy especial por los primeros que tuvieron nuestros hijos... Seguramente porque esos profesores de la guardería, o de los primeros años de la educación infantil o esos más extraños del instituto eran muy capaces de mostrar aprecio por sus alumnos. ¿Puede ser?

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